Franklin A. Hernández S.
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El tema ha tomado un punto sensitivo en materia de análisis criminal; es cierto, la conducta delictiva se enmarca en la tolerancia social que vive y desarrolla cada pueblo; es la capacidad de una persona de aceptar a otra que es incapaz de soportar a alguien o a un grupo, ante lo que no es similar a sus valores, a las normas establecidas por la sociedad.
Es el respeto a las ideas, creencias o prácticas de los demás cuando son diferentes o contrarias a las propias; es la actitud que una persona tiene respecto a aquella que es diferente a sus valores; es la capacidad de escuchar y aceptar a los demás, comprendiendo el valor de las distintas formas de entender la vida.
Cuando usted en su hogar no escucha, no atiende, no comparte o no vive en familia, denigra totalmente la tolerancia. Cuando en su trabajo, escuela o universidad se da a conocer como el que todo lo sabe, todo lo ejecuta, el mejor inventor, “el mejor del mejor”, cae en el abismo de ser una persona totalmente despreciable, lo que conlleva a formar en su interior una conducta antisocial, sin valores.
Es, entonces, que puede darse el fenómeno conocido como “intolerante”, que designa a una persona capaz de cometer cualquiera acción o conducta que vaya en contra de la moral o buenas costumbres de la sociedad.
El yo interno lo produce usted desde el momento que nace, crece y forma una familia con ideales y costumbres; además, con valores que llenan la vida de todo el que lo rodea, porque al comunicarse transmite lo que usted es por dentro.
Tolere a los demás, no sea un ser que derrama ese tipo de conducta que conduce al choque con personas que, en cualquier momento, le pueden ocasionar mayores problemas, incluso, orillarlo a cometer conductas delictivas que transformarían su vida de la noche a la mañana.
En usted está cambiar el rumbo social en que vivimos. Ser tolerante no lo hará inferior a los demás, creará en usted el tipo de persona que este país necesita para los cambios que realmente buscamos. No nos esperancemos en ideologías baratas de conducta social y criminal, que cada día empañan esta sociedad. El objetivo y el rumbo lo dirige usted con su comportamiento en esta vida, sea tolerante y verá que cada día le irá mejor en su familia, en el trabajo y en su vida diaria.
Utilice esa capacidad de analizar, de escuchar, de relacionar y de transmitir lo que realmente necesita que la otra persona sepa.
No dejemos que la sociedad en la que vivimos se deteriore por el mal comportamiento de nosotros como seres humanos, no dejemos que políticos, profesionales, estudiantes, padres y madres de este país caigan en el abismo del rechazo de los demás, esto lleva a que la conducta social y criminal tome fuerza y nos perjudique. ¡Alcance ese nivel de tolerancia!
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Opinión
4 de julio de 2010
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